JENIFFER PIZARRO

Actualmente mantengo dos trabajos formales, uno en una escuela de lenguaje en la que me desempeño como fonoaudióloga hace ya dos años y este trabajo lo escogí por varias razones, pero la principal es por el sentido social que tiene el colegio dado que está ubicado en una zona de alta vulnerabilidad y creo que como profesionales debemos aportar a estos sectores que no tienen la posibilidad de la rehabilitación o habilitación Fonoaudiológica según sea el caso, y  en mi otro trabajo me desempeño como fonoaudióloga en el Hospital de La Serena, este es un lugar que me trae gratos momentos de mi internado profesional y siempre quise volver ya que, el área de deglución es algo que me apasiona y quería desarrollarlo, precisamente fue un gran desafío ya que dada la contingencia del país es algo donde se debió modificar muchas de las intervenciones que se acostumbran hacer dado el riesgo de aerolización que existe y se ha reinventado el trabajo desde la praxis fonoaudiológica. Por motivos del COVID-19 solo realizo teletrabajo para la Escuela de Lenguaje, ya que en el hospital trabajo directamente en sala con los pacientes de manera presencial, en este contexto es que ha sido complejo el teletrabajo o más bien tele terapia  dado que se han tenido que utilizar estrategias nuevas para la intervención de lenguaje en especial si hablamos de niños pequeños, se implementaron vídeos dinámicos donde los niños pudieran participar de manera activa, se implemento además el programa de discurso narrativo donde se estimula por medio de cuenta cuentos semanales, sin embargo a pesar de las barreras los padres de los niños que atendemos en la escuelita han mostrado gran interés, apoyo y agradecimiento a lo ofrecido en estos tiempos.

Para poder trabajar desde casa, la organización es clave para lograr adecuar los tiempos de trabajo con los tiempos personales, ya que muchas veces tienden a confundirse estos roles y nos encontramos con que no sabemos distribuir los tiempos generando un estrés asociado. Ser positivos en que lo que estamos realizando está bien y confiar en nuestras capacidades de adaptación y que si algo no resulta lo mejoraremos en una próxima instancia.

Cuando llegué al Hospital de La Serena el enfrentarme a un desafío tan grande de atender usuarios con alto grado de contagio fue intimidante y posteriormente el atender pacientes en la unidad critica del hospital (UPC) fue el mayor desafío, pues de lo aprendido tuve que continuar capacitándome en la marcha durante la contingencia, me toco ver muchos pacientes intubados, muchas TQT , también me toco ver partir a muchas personas, pero también vi a muchos pacientes rehabilitados comiendo por boca, sin sondas nasogástricas, pacientes con TQT fonando y alimentándose vía oral todos muy agradecidos de nuestra labor y eso realmente reconforta todo el tiempo y esfuerzo que se pone en cada usuario.

Los desafíos que tuve que afrontar fueron económicos principalmente y familiares, esto porque cuando yo estudiaba cursaba un periodo de duelo y estaba sola con mis hijos pequeños, entonces muchas veces me cuestione si debía trabajar para generar más ingresos o esperar con paciencia y hacer lo que quería hacer en lo laboral.  Por otro lado estaba la familia y los tiempos ya que sentía que perdía tiempos de su desarrollo, pero ellos lo entendieron y es lo que me reconforta y actualmente se sienten orgullosos de su madre y del aporte que realiza.

Destaco del sello IPCHILE, lo que más me ha calado, es el sentido de consciencia social esto me permite ver con otros ojos la sociedad y actuar de manera diferente frente a cada uno de los actores que componen cada comunidad y así ser un aporte más allá de las barreras que se puedan interponer entre las personas, esto lo he visto en varios de mis colegas que cumplen una labor digna de destacar.